Un diario íntimo, de periodicidad visceral, para los perseguidores del elusivo arte literario.

miércoles, septiembre 06, 2006

Baila el tamunangue


La estampa se recorta contra un tapiz brumoso, inequívocamente larense. El grupo se ha ido sumando de a poco; ataviados con corrección unos, y otros con mucho brío. El cuatrista se arrancó con la “Batalla” y a la altura de la “Perrendenga” no se cansa. Pero es la pareja del centro la que hoy baila como posesa. No son razones de tradición ni de fervor religioso. Hoy lo hacen por puro arte.

Fotografía: Orlando D'Elia.

lunes, enero 30, 2006

'Nuestras vidas son los ríos...'


En los confines de la tierra venezolana, las aguas surcan el suelo como trazos de una deidad fundadora. Con cada nueva línea, el tiempo, ese otro dios minucioso, ha dado forma a la movediza subsistencia de los hombres. Un destino que viene y va, como el oscilar de la corriente.

Fotografía: Orlando D’Elia.

viernes, enero 27, 2006

Parte de guerra

En tu cuerpo se ha dado una batalla.

En los puntos de encuentro
las heridas se levantan como columnas de humo
rodeadas por un reguero de pólvora
sobre las sábanas.

Escaramuzas han tenido lugar
en el perímetro de los labios.
Corre un regusto de sangre
por tu boca.

En torno al cuello
el círculo carmesí destaca como una medalla
modelada por el arrebato.

Y no es exiguo el aullido de la piel en el valle de Venus.
Ha sido arrasado con napalm.

No ha habido bajas.

martes, enero 24, 2006

Lamento magallanero

Toda intención de explicarla enfatiza el dolor de la derrota. Nos mueve, como a cualquier profeta del desastre, la necesidad de reivindicar el augurio, el 'yo lo vi venir'. Sobre las causas, infinitas cuando se miran desde lo irreversible, doy preferencia a la sensación de destino marcado, de fatum, que se fue cebando en los detalles, hasta desfigurarnos el empuje.

Nada me impide, tampoco, denunciar aquí a esos leves que vistieron a Al Pedrique con traje nuevo, el mismo de cierto emperador. No pudo el 'manager del año' con la grandeza de su equipo, dejándolo morir a unos pasos de la gloria, tal como hiciera Ulises con 'Argos', perro fiel donde los hubo.

Por esa clase de fidelidad, reivindico también la actuación de los nobles 'Tapón' Hernández, Melvin Mora, Eddy Díaz y Richard Paz, que hay muchas maneras de ser leal a una causa, Edgardo Alfonzo.

Finalmente, mi maldición eterna a los narradores y comentaristas de televisión, que son ellos la nuestra. Otrosí, para los insensatos que este año desempolvaron el argumento de la 'taquilla'. La ignorancia es su peor castigo.

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